"Se requiere de un coraje apasionado que mueva a las organizaciones a romper la linealidad de las proyecciones y de las predicciones. Se requiere quebrar creativamente la continuidad enfermiza de las curvas evolutivas de los sectores en que compiten los negocios de hoy día." Así aseverábamos en una entrada anterior en este mismo blog (La Estrategia Debe Ser Contraintuitiva, 22 de junio 2010). Sí, para ser real y sosteniblemente competitivas, las organizaciones de hoy día deben asumir una posición de liderazgo, de avanzada, de creatividad consumada. De disrupción de la curva del ciclo de vida natural.
Es bien sabido que la curva de ciclo de vida (o curva 'S' o curva de aprendizaje) caracteriza la evolución de sectores, mercados, productos, empresas, estilos, modas, tecnologías, modelos... en fin, esta curva es el trazo predecible de todo lo que existe y evoluciona.
La curva 'S' nos sugiere que todo producto, toda estrategia, toda tecnología inicia su vida con un período de introducción (en amarillo) en el cual se invierte tiempo y recursos procurando establecer el sujeto de la introducción de forma estable. Al principio, esta introducción requiere de empujar mucho para mover poco. Poco a poco, sin embargo, la curva entra en un punto de inflexión que marca la transición hacia un desarrollo acelerado, con una pendiente empinada (zona verde en la gráfica) que evidencia un crecimiento cada vez mayor.
Más adelante, el sujeto llega a otro punto de inflexión. luego del cual entra en la zona roja: el crecimiento se hace cada vez menor hasta que, eventualmente, se estanca. Si el producto, la estrategia, la tecnología en cuestión se deja evolucionar a su libre albedrío, sucederá lo inevitable... la segunda mitad de la curva, de la que tan pocas veces se habla y que mostramos en esta gráfica:
Sí; dejada a su libre evolución no administrada, la curva se encamina a la decadencia, al decrecimiento, a la muerte.
Al no atender los ciclos, las organizaciones, o más bien sus líderes, no sólo permiten sino que provocan el desplome de su propio éxito. En ocasiones, y por tiempo limitado, se hace factible estirar la curva 'S' mediante innovaciones y mejoras. Sin embargo, la única manera de conseguir la sostenibilidad netamente creciente es la creación e implantación de "estrategias disruptivas", estrategias que rompan el ciclo de la curva actual y que den lugar a la creación de nuevas curvas, que provoquen un salto a una nueva realidad. Es como saltar desde un aeroplano que, en pleno vuelo, ha llegado a su techo máximo, para poder abordar - reiteramos, en pleno vuelo - una nave espacial que nos llevará más allá de la atmósfera limitante, hacia el espacio sideral.
Al saltar, dejamos atrás la realidad pasada, el aeroplano al que agradecemos habernos traído hasta aquí, y del cual conocemos sus limitaciones para llevarnos hacia cumbres más altas, hacia un futuro más refulgente. La nueva curva nos catapulta, nos lanza y nos conduce hacia nuevos horizontes.
Pero esta curva implica que se rompe con las proyecciones, se dejan a un lado las pretensiones conformistas de prolongar el presente en el futuro y, por el contrario, se asume la profunda responsabilidad de crear un nuevo futuro, una nueva realidad... sí, una nueva visón, pues, al fin y al cabo, una visión es nada más que la expresión inspiradora de una nueva realidad que hemos de construir con nuestras acciones y nuestro trabajo. Este salto exige que rompamos la continuidad, que demos vida a algo nuevo, único, especial y previamente inexistente. Un nacimiento, un parto, dar a luz... Empero, para poder saltar a esta nueva plataforma del éxito, es importante que la misma haya sido diseñada y construida. con seguridad y solidez.
Ésa es la responsabilidad quizás más importante para el verdadero líder: una vez la primera curva llega a su primer punto de inflexión y comienza su empinado crecimiento, el verdadero líder debe emplearse en la tarea de diseñar y construir la nueva curva, la cual debe estar lista para ser abordada una vez la primera curva llegue a su segundo punto de inflexión, de forma que pueda haber un período de trasbordo saludable, adecuado, sin traumas y sin errores causados por la urgencia de abandonar un barco a la deriva, un aeroplano en picada.
Para asumir esta responsabilidad, el líder debe ser capaz de desprenderse de la curva actual, debe poder soltar el día a día y dedicarse a la construcción y desarrollo de procesos, modelos, negocios, estructuras y, sobre todo, personas aptas para abordar, operar y tripular la nueva nave. El líder, por lo tanto, debe preparar un equipo de personas y una organización robusta e institucionalizada que se desenvuelva impecablemente en el presente, en el día a día, en la ejecución de la curva actual. Su labor es hacerse innecesario en el día a día, prescindible... para poder tener el tiempo y la energía para dedicarse a construir la nueva realidad futuro, para cristalizar la nueva visión, para habilitar las nuevas estructuras y trascender a los individuos que componen la organización para prepararlos - "pre-pararlos"- para tener éxito en esa nueva realidad.
Me pregunto, ¿cuántos llamados líderes pueden pasar la prueba de la desconexión del día a día y de la posibilidad de diseñar y crear, real efectivamente, el negocio de mañana? Me pregunto, ¿cuántos llamados líderes están intentando inútilmente estirar la curva en la que se sienten tan cómodos, tan calentitos, y, al hacerlo, están descuidando la garantía de éxito futuro de la empresa? ¿Cuántos se están ocupando de elevar y desarrollar al recurso humano que habrá de vivir esa nueva realidad?
Se buscan líderes verdaderos: los que rompen la curva, los que crean nuevas realidades, los que asumen con coraje el riesgo de construir nuevas naves espaciales, de forma disruptiva... los que dan vida a algo nuevo, único, previamente inexistente... difícilmente copiable. Probablemente sus competidores les llamen locos... si es así, ¡excelente! significa que ellos no pueden comprender lo que está sucediendo y ésa es la mejor garantía de que se está rompiendo un paradigma y se está creando uno nuevo, un nuevo juego, con un nuevo conjunto de reglas... escritas por usted.
Reconocido Estratega, Ingeniero Organizacional y Conferencista de Alto Impacto, experto en pensamiento estratégico y en la transformación estratégica de organizaciones. Co-fundador del Centro Gerencial META, y Socio Director de su división de consultoría empresarial. Ha coordinado o dirigido más de un centenar de proyectos de desarrollo y consultoría, siendo, además, coach o mentor de decenas de directivos, ejecutivos, funcionarios y empresarios.
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