Gracias por haberme seguido en este blog. Desde hace unas cuantas semanas he estado desarrollando y alimentando mi nueva página carlosyunen.com (http://carlosyunen.com). Visítala! Te espero!
Reconocido Estratega, Ingeniero Organizacional y Conferencista de Alto Impacto, experto en pensamiento estratégico y en la transformación estratégica de organizaciones. Co-fundador del Centro Gerencial META, y Socio Director de su división de consultoría empresarial. Ha coordinado o dirigido más de un centenar de proyectos de desarrollo y consultoría, siendo, además, coach o mentor de decenas de directivos, ejecutivos, funcionarios y empresarios.
viernes, 3 de octubre de 2014
sábado, 8 de diciembre de 2012
Todo Tiene un Propósito
Nada existe en la naturaleza sin un propósito. El canto de un ave, el rocío sobre la flor que despierta con los primeros rayos del sol de la mañana. El niño que ríe sin razón aparente. El grillo que insiste en su canto de alabanza.
Todo existe en la naturaleza con un propósito. El hecho de no comprender el propósito de cada evento, de cada ser, de cada golpe de viento, de cada ciclo de cada astro, no significa que lo invalides, que lo ignores, que lo consideres irrelevante.
Todo lo que existe está ahí por una razón. Tiene una misión en la Tierra y en el Universo. ¿Conoces el tuyo? ¿Lo estás viviendo? ¿Estás cumpliendo lo que viniste a hacer a este Mundo?
Todo existe en la naturaleza con un propósito. El hecho de no comprender el propósito de cada evento, de cada ser, de cada golpe de viento, de cada ciclo de cada astro, no significa que lo invalides, que lo ignores, que lo consideres irrelevante.
Todo lo que existe está ahí por una razón. Tiene una misión en la Tierra y en el Universo. ¿Conoces el tuyo? ¿Lo estás viviendo? ¿Estás cumpliendo lo que viniste a hacer a este Mundo?
jueves, 1 de noviembre de 2012
Indicadores y Métricas
Es muy diferente hablar de métricas o mediciones que hablar de indicadores. Los indicadores, como su nombre sugiere, indican algo. Las mediciones sencillamente miden. Los indicadores te dan información precisa y concreta acerca de algo relevante para tus propósitos. Por ejemplo, de nada te sirve saber el peso promedio de las personas que viven en tu casa, si lo que deseas es diseñar los dinteles de las puertas, ¿Cierto?
Con frecuencia, personas y organizaciones se dedican a establecer grandes cantidades de métricas que luego no utilizan. Lo vemos en la escuela, lo vemos en el trabajo… hasta nuestros amigos y amigas se la pasan viendo lo que llaman “estadísticas”, que no son más que números y números que no les dicen absolutamente nada.
Para los dinteles, por ejemplo, es obvio que necesitas medir ante todo, la altura de las personas, y luego, por si acaso, su volumen.
Como vemos, son pocas las métricas que se pueden llamar indicadores. Lo peor de todo es que las personas agregan y agregan métricas sin sentido, y se confunden aún más… y con más seguridad de que están en lo cierto porque, cuando las personas tienen poca información acerca de algo, sienten dudas, inseguridad, y toman las decisiones con timidez. A medida que la cantidad de datos aumenta, perciben que tienen más información y esto les da más seguridad. Llegan a un punto donde la cantidad de información es tal que pueden tomar las mejores decisiones, y así lo hacen… sin embargo, llega un momento cuando esa cantidad de datos comienza a aumentar hasta niveles en que dificultan las decisiones; la persona no sabe cuáles datos mirar o analizar, y los quiere procesar todos, perdiendo gran cantidad de tiempo, y confundiéndose en el camino.
Es lo que sucede cuando, por ejemplo, en algunos casos tratas de analizar y comparar diferentes productos alimenticios de una misma categoría; es tanta la información nutricional que al final nunca sabes si has tomado la mejor decisión.
Por eso es tan importante decidir el conjunto más pequeño de indicadores que te provea la mayor cantidad de información con respecto a lo que estás haciendo y lo que te has propuesto lograr.
Con frecuencia, personas y organizaciones se dedican a establecer grandes cantidades de métricas que luego no utilizan. Lo vemos en la escuela, lo vemos en el trabajo… hasta nuestros amigos y amigas se la pasan viendo lo que llaman “estadísticas”, que no son más que números y números que no les dicen absolutamente nada.
Para los dinteles, por ejemplo, es obvio que necesitas medir ante todo, la altura de las personas, y luego, por si acaso, su volumen.
Como vemos, son pocas las métricas que se pueden llamar indicadores. Lo peor de todo es que las personas agregan y agregan métricas sin sentido, y se confunden aún más… y con más seguridad de que están en lo cierto porque, cuando las personas tienen poca información acerca de algo, sienten dudas, inseguridad, y toman las decisiones con timidez. A medida que la cantidad de datos aumenta, perciben que tienen más información y esto les da más seguridad. Llegan a un punto donde la cantidad de información es tal que pueden tomar las mejores decisiones, y así lo hacen… sin embargo, llega un momento cuando esa cantidad de datos comienza a aumentar hasta niveles en que dificultan las decisiones; la persona no sabe cuáles datos mirar o analizar, y los quiere procesar todos, perdiendo gran cantidad de tiempo, y confundiéndose en el camino.
Es lo que sucede cuando, por ejemplo, en algunos casos tratas de analizar y comparar diferentes productos alimenticios de una misma categoría; es tanta la información nutricional que al final nunca sabes si has tomado la mejor decisión.
Por eso es tan importante decidir el conjunto más pequeño de indicadores que te provea la mayor cantidad de información con respecto a lo que estás haciendo y lo que te has propuesto lograr.
¡Ah! Y recuerda algo fundamental: consigues y mejoras aquello que mides... si analizas qué estás midiendo, te darás cuenta a qué le estás dando importancia. ¿Mides calidad, productividad, desarrollo, crecimiento? Eso conseguirás y mejorarás... Si mides errores, defectos, fallas... bueno, ya sabes a qué estás prestando atención y a que dedicarás tu energía.
Menos métricas, mejores indicadores, más información, mejores decisiones.
Menos métricas, mejores indicadores, más información, mejores decisiones.
viernes, 26 de octubre de 2012
Autoliderazgo
Sólo cuando somos líderes de nosotros mismos y de nuestras propias vidas, podemos ser capaces de ser líderes para otros...
Porque sólo cuando somos inmensos dentro, podemos expandirnos fuera.
En el fondo, nadie puede dar lo que no tiene.
Sólo puedes dar lo que ya tienes dentro.
jueves, 25 de octubre de 2012
La Magia de Cada Momento
En la vida hay etapas, recuerda. El fin de una etapa es el inicio de otra; estelas en el mar; sencillamente pasas por una puerta que te conduce a algo nuevo, algo sin descubrir, una nueva aventura, una nueva creación, un nuevo paso en tu desarrollo, en tu evolución, en tu andar hacia el infinito, hacia lo más alto, hacia tu propia realización.
Jamás desmayes ante la presencia de la oportunidad de abrir nuevos caminos, nuevas sendas, de cruzar nuevas puertas, de explorar nuevos horizontes. Jamás te rindas ante esas realidades, porque son ellas, y no la rutina inconsciente de la mecanización repetitiva, las que en realidad constituyen lo que se puede llamar vida. Ellas son las que conforman la realidad de cada momento, y cada momento es lo que tienes para crear tu vida, tu realidad.
Jamás desmayes ante la presencia de la oportunidad de abrir nuevos caminos, nuevas sendas, de cruzar nuevas puertas, de explorar nuevos horizontes. Jamás te rindas ante esas realidades, porque son ellas, y no la rutina inconsciente de la mecanización repetitiva, las que en realidad constituyen lo que se puede llamar vida. Ellas son las que conforman la realidad de cada momento, y cada momento es lo que tienes para crear tu vida, tu realidad.
martes, 23 de octubre de 2012
La comparación: principal asesina de la creatividad
La comparación es la principal asesina de la creatividad. La comparación - para comenzar - asigna la calidad de “referente” a algo externo, ajeno. Al asignar esta jerarquía de parangón, lo convierte en límite, crea un marco. De esta forma, se concentra en lo que está (evidente o no) dentro de ese marco, dejando fuera todo lo demás.
La comparación jamás te puede llevar más allá de aquello con lo que te comparas en calidad de referente.
La gran mayoría – por no decir todas – las técnicas tradicionales de planificación estratégica (las menos y las más modernas) simplemente te encasillan el pensamiento y la visión a lo ya visto, a lo ya pensado, a lo ya hecho… de una u otra forma. La distracción, la pérdida de atención en ti y hacia ti, hace que - de forma consciente o inconsciente - sigas el camino por el que te empujan a moverte. Es como si te flanquearan imperceptiblemente, hasta inducirte a tomar un camino que tú crees que estás tomando por decisión propia, por tu iniciativa u opción.
No es cierto; tus referentes tomaron el control y te llevaron ahí.
lunes, 22 de octubre de 2012
Estrategia: Un Compromiso con la Propia Vida
La estrategia consiste en dar vida a una nueva realidad, creada, provocada de manera deliberada por nosotros; significa desestabilizar el status quo con iniciativas y acciones previamente inexistentes, incomparables. Como tal, desde la visualización y el pensamiento proyectivo, nos toca a nosotros definirla, decidirla, crearla, ponerla en acción, convertirla en éxito.
Y tal parece que la estrategia ha quedado confinada al mundo corporativo. Pero, y la vida ¿qué? ¿Acaso no es la vida el mayor emprendimiento, la mayor empresa? ¿Puede una persona desarrollar, formular, implantar, ejecutar una estrategia de una organización (empresa, familia, comunidad, nación) sin poseer una estrategia que le de orden y camino a su vida? ¿Puede una persona comprometerse con la ejecución de la estrategia de un ente externo sin poseer ante todo el compromiso con su propia estrategia personal?
Toda persona, como toda organización, tiene en sus manos la decisión de paralizarse ante el análisis, decidir optar sobre la base de las comparaciones o, en última instancia, de crear una nueva realidad, una realidad donde ella es la creadora, dueña del presente y del futuro, y - por lo tanto - la única jugadora en ese terreno diseñado, construido y reglamentado únicamente por ella.
Y tal parece que la estrategia ha quedado confinada al mundo corporativo. Pero, y la vida ¿qué? ¿Acaso no es la vida el mayor emprendimiento, la mayor empresa? ¿Puede una persona desarrollar, formular, implantar, ejecutar una estrategia de una organización (empresa, familia, comunidad, nación) sin poseer una estrategia que le de orden y camino a su vida? ¿Puede una persona comprometerse con la ejecución de la estrategia de un ente externo sin poseer ante todo el compromiso con su propia estrategia personal?
Toda persona, como toda organización, tiene en sus manos la decisión de paralizarse ante el análisis, decidir optar sobre la base de las comparaciones o, en última instancia, de crear una nueva realidad, una realidad donde ella es la creadora, dueña del presente y del futuro, y - por lo tanto - la única jugadora en ese terreno diseñado, construido y reglamentado únicamente por ella.
jueves, 18 de octubre de 2012
La Peor Ilusión
La peor ilusión de las organizaciones de hoy día: “Deciden” establecer objetivos para determinar cuál camino tomar. Cifran sus esfuerzos y focalizan su atención hacia esos caminos, para “elegir”. Piensan que, eligiendo alguno de los caminos que ven delante de ellas, llegarán a algún lugar nuevo.
Nada más lejos de la verdad. Lo cierto es que cuando tomas uno de esos caminos estás reconociendo que alguien ya decidió por ti. Si los caminos están hechos delante de ti, significa que alguien los pensó, los construyó y los transitó primero que tú y que, por lo tanto, ese alguien llegó primero que tú a donde ese camino te lleva. El mundo está lleno de organizaciones y personas que cifran su atención en lo que está haciendo el otro: el amigo, el competidor, el cliente, el gobierno… Como un corredor de 400 metros vallas, mirando hacia el lado, en lugar de ver hacia el frente y correr su propia carrera.
En otras palabras: tu objetivo y tu llamado “éxito” no son más que una vil copia de lo que otro ya hizo y consiguió. Tu distracción te ha llevado a tomar el camino ya hecho, con el agravante de que piensas y sientes que es un camino tuyo, nuevo, y que vas hacia tus objetivos y metas… ¡y que vas a darle una sorpresa al mundo!
En el fondo, tomar un camino ya hecho se diferencia muy poco de chocar contra un muro con los ojos cerrados. La única diferencia es que cuando chocas con el muro te das cuenta del choque; en el caso de tomar el camino hecho, lamentablemente ni te das cuenta de la colisión, y esto hace a esta opción aún más dañina y peligrosa.
Michael Porter afirma que la estrategia competitiva consiste en “la búsqueda de una posición competitiva favorable en un sector industrial”. Tal parece que se trata de una condena, de una carrera desmedida, desesperada, interminable para disparar contra un blanco que elude al arquero, ya que – cuando éste logra verlo – el blanco ya ha cambiado de posición.
Prefiero definir la estrategia – en el ámbito de negocios – como un arte; es el arte de adaptarse con éxito y anticipación a las condiciones cambiantes del ambiente, para conseguir de manera sostenible una posición única, una creación especial, de manera que se provea el más alto valor posible – y cada vez más – a accionistas, clientes y empleados, de forma que se consiga el éxito sostenible, en el presente y en el futuro.
Y ¿cuál es la única forma asegurar esta adaptación exitosa, si no es la de CREAR las situaciones y los ambientes, las realidades y percepciones que determinen ese éxito? ¿Puede obtenerse un éxito sostenido y anticipado dentro de la duda e incertidumbre que conlleva moverse en un ambiente que otro ha creado o provocado, dentro de una realidad desconocida en su esencia? Difícilmente.
Nada más lejos de la verdad. Lo cierto es que cuando tomas uno de esos caminos estás reconociendo que alguien ya decidió por ti. Si los caminos están hechos delante de ti, significa que alguien los pensó, los construyó y los transitó primero que tú y que, por lo tanto, ese alguien llegó primero que tú a donde ese camino te lleva. El mundo está lleno de organizaciones y personas que cifran su atención en lo que está haciendo el otro: el amigo, el competidor, el cliente, el gobierno… Como un corredor de 400 metros vallas, mirando hacia el lado, en lugar de ver hacia el frente y correr su propia carrera.
En otras palabras: tu objetivo y tu llamado “éxito” no son más que una vil copia de lo que otro ya hizo y consiguió. Tu distracción te ha llevado a tomar el camino ya hecho, con el agravante de que piensas y sientes que es un camino tuyo, nuevo, y que vas hacia tus objetivos y metas… ¡y que vas a darle una sorpresa al mundo!
En el fondo, tomar un camino ya hecho se diferencia muy poco de chocar contra un muro con los ojos cerrados. La única diferencia es que cuando chocas con el muro te das cuenta del choque; en el caso de tomar el camino hecho, lamentablemente ni te das cuenta de la colisión, y esto hace a esta opción aún más dañina y peligrosa.
Michael Porter afirma que la estrategia competitiva consiste en “la búsqueda de una posición competitiva favorable en un sector industrial”. Tal parece que se trata de una condena, de una carrera desmedida, desesperada, interminable para disparar contra un blanco que elude al arquero, ya que – cuando éste logra verlo – el blanco ya ha cambiado de posición.
Prefiero definir la estrategia – en el ámbito de negocios – como un arte; es el arte de adaptarse con éxito y anticipación a las condiciones cambiantes del ambiente, para conseguir de manera sostenible una posición única, una creación especial, de manera que se provea el más alto valor posible – y cada vez más – a accionistas, clientes y empleados, de forma que se consiga el éxito sostenible, en el presente y en el futuro.
Y ¿cuál es la única forma asegurar esta adaptación exitosa, si no es la de CREAR las situaciones y los ambientes, las realidades y percepciones que determinen ese éxito? ¿Puede obtenerse un éxito sostenido y anticipado dentro de la duda e incertidumbre que conlleva moverse en un ambiente que otro ha creado o provocado, dentro de una realidad desconocida en su esencia? Difícilmente.
miércoles, 17 de octubre de 2012
Estrategia Para Qué
Recuerdo un caso, hace ya varios años. Un amigo, Director General de una joven empresa que hoy ocupa el primer lugar en su sector en su mercado, me llamó para que condujera todo el proceso de análisis competitivo y planificación estratégica de esta empresa. Le pregunté si ya habían realizado ejercicios de este tipo, a lo que contestó positivamente; éste sería el cuarto ejercicio de esta naturaleza para ellos. Casi seguro de la respuesta, le pregunté si el más reciente de estos procesos de planificación le había traído a la organización algo nuevo, retos más frescos, ideas innovadoras, un salto a una nueva realidad y a una nueva forma de hacer las cosas. Pálido, mi amigo respondió con un seco “no”; cuando se repuso, me dijo: “de hecho, los resultados de este último ejercicio son apenas ajustes y modificaciones del anterior”. Entonces, y sólo para llenar requisitos, pregunté lo obvio: “¿Y si comparas el penúltimo con el anterior a él?”. Me dijo: “por favor, no sigas, todos han sido ajustes y modificaciones de los que les precedieron”.
Por eso me pregunto y te pregunto: en tu empresa, en tu vida, ¿estrategia para qué? ¿planes para qué? ¿Objetivos para qué?
¿Como simple ejercicio teórico y retórico que llene requisitos y conduzca al predeterminado destino de repetir la historia y girar en círculos cual perro detrás de su propia cola que lo elude?
¿O estrategia para ejercer el atrevimiento creativo y retador de crear nuevas realidades, poniendo en práctica acciones e iniciativas que desestabilicen el status-quo y te impulsen a un más alto estadío de éxito competitivo?
El éxito es opcional. Tú decides si lo tomas por asalto o si, sencillamente, lo ves pasar sin saber con quién se fue.
Por eso me pregunto y te pregunto: en tu empresa, en tu vida, ¿estrategia para qué? ¿planes para qué? ¿Objetivos para qué?
¿Como simple ejercicio teórico y retórico que llene requisitos y conduzca al predeterminado destino de repetir la historia y girar en círculos cual perro detrás de su propia cola que lo elude?
¿O estrategia para ejercer el atrevimiento creativo y retador de crear nuevas realidades, poniendo en práctica acciones e iniciativas que desestabilicen el status-quo y te impulsen a un más alto estadío de éxito competitivo?
El éxito es opcional. Tú decides si lo tomas por asalto o si, sencillamente, lo ves pasar sin saber con quién se fue.
jueves, 11 de octubre de 2012
Ahora Es El Momento
Ahora es el momento de que inicies el trabajo de realizar lo soñado, lo descrito, lo formulado, lo escrito… es el momento de cruzar los ríos y las montañas de la vida, de tu vida, para construir nuevos caminos, nuevos destinos, nuevas realidades.
Es el momento de comenzar a vivir, el momento de volver a ser, de volver a nacer. Es el momento de la realización de tu reinvención.
Es el momento de disfrutar a plenitud tus dones, logros, tus creaciones, tu determinación… es el momento de crearte, como una flor que recién abre sus pétalos para percibir la luz y recibirla llena de amor… es el momento de elevarte a las alturas de tus más insospechadas y desconocidas cotas, de toda tu inmensidad, de todo lo infinito de tu ser, de tu naturaleza.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)